Tofu
Se cree que el primer tofu se creó en la antigua China hasta convertirse en uno de los ingredientes principales de la cocina asiática. El tofu se obtiene de la coagulación de la leche de soja que a su vez se obtiene remojando, moliendo y filtrando granos de soja frescos. Realmente la elaboración es idéntica a la de un queso fresco, usando leche de soja en vez de leche de vaca y un agente coagulante como el sulfato de calcio en lugar del cuajo de ternera que usamos para hacer queso. Una vez que la leche de soja ha cuajado, se prensa para quitar el exceso de líquido hasta darle el punto de densidad deseado.
Muy valorado por su alto valor nutritivo, es un producto que se considera altamente saludable por su alto contenido en proteína de origen vegetal. Es un componente habitual de la dieta de los vegetarianos o de cualquier persona que quiera reducir sus niveles de colesterol, y como he dicho, de millones de asiáticos lo consumen a diario. La alta concentración de isoflavonas es otra de sus características altamente saludables que hacen también muy recomendable su consumo, en especial para las mujeres.
El tofu fresco tiene un sabor ligero y sutil. He visto a mucha gente afirmar que es completamente insulso, pero no es cierto. Un tofu fresco de calidad tiene un sabor suave muy agradable, si bien es verdad que una vez se mezcla con otros ingredientes y salsas, este sabor queda enmascarado. Por lo tanto, es cierto que en un gran número de casos, el tofu se añade a las recetas por su aportación nutritiva y por su textura.
Lo encontraremos en todo tipo de recetas chinas, japonesas o tailandesas por mencionar algunas, siendo sus usos muy variados, pudiéndose freír, rebozar, fermentar, hacer puré o simplemente añadir a un caldo o sopa como taquitos. Se presenta en muy varias texturas con distintos grados de densidad y humedad. Se puede adquirir fresco, en cuyo caso hay que refrigerarlo o en brick. El tofu fresco tiene fecha de caducidad. Con el tiempo se oscurecerá y agriará.
Suele estar disponible en 3 tipos de densidad: el tofu sedoso, con alto contenido en líquido, que es muy blando y frágil. El tofu denso, con un contenido medio de humedad y más fácil de manipular y el tofu seco, que realmente es un tofu al que se le ha extraído la humedad y que tendrá que ser rehidratado antes de ser consumido.
Tofu rebozado y frito:
Se puede adquirir también tofu rebozado y frito, aunque lo cierto es que no es muy complicado hacerlo en casa: empezaremos poniendo una pieza de tofu denso entre dos tablas de cortar o dos platos, aplicando algo de presión durante unos minutos para eliminar el exceso de humedad. Luego se corta en tacos del tamaño deseado, se reboza en fécula de maíz o en harina (de arroz o de trigo) y se fríe en algún aceite vegetal de sabor neutro como el de girasol (nunca de oliva) muy caliente. En cuanto los tacos adquieren el tono dorado que buscamos, dejamos enfriar y ya tenemos tofu rebozado para usar con otras recetas.
Para acabar, decir que la creatividad de los asiáticos con el tofu es casi infinita. Existen multitud de preparados a base de tofu, muchos de ellos hechos a base de tofu fermentado que adquiere un sabor intenso y picante (parecido al queso roquefort). En otros caso se le añaden especias varias, picante, salsa de soja.
Como ya hemos indicado, el tofu es una buena fuente de proteínas y es bajo en grasas y hidratos de carbono. También es una fuente de hierro y no contiene colesterol. A continuación, se proporciona una lista de algunos de los valores nutricionales medios del tofu por cada 100 gramos:
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Recetas para usar este producto

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