Mousse de chocolate

Te vamos a proponer dos formas de hacer este simple y delicioso postre. En los dos casos, el procedimiento inicial es el mismo, y consiste en derretir el chocolate en una cazuela pequeña a la vez que lo mezclamos con el agua o leche. Lo haremos a fuego suave y mezclando con una espátula o cuchara pasta conseguir una mezcla homogénea y relativamente espesa.

Usando una batidora:

Vertemos el chocolate derretido en un cuenco de cristal o metálico e introducimos este en otro de mayor tamaño que hemos llenado a medias con agua y hielo. Es decir, vamos a hacer un baño María inverso. Inmediatamente empezamos a batir con la batidora eléctrica intentando introducir aire en la mezcla, pero con cuidado de no ponernos perdidos de chocolate. Las combinación del frío del baño con la agitación de la batidora hacen que queden atrapadas dentro del chocolate burbujas de aire que dan forma a una mousse ligera y deliciosa.

Usando un sifón de espumas:

Esperamos a que nuestro chocolate se enfríe a 70ºC y lo vertemos en el sifón. Cerramos este y lo cargamos con el gas. Agitamos bien y enfriamos el sifón en la nevera. (NUNCA cerrar el sifón con un líquido que esté a más temperatura de 65 o 70ºC bajo riesgo de explosión). Cuando se haya enfriado el sifón y su contenido, podremos servir la mousse en terrinas individuales. Para ello, colocamos el sifón en posición vertical invertida, con la boquilla metida dentro de la terrina. Hacemos un para de movimientos hacia abajo para que la mezcla de chocolate que pueda haber en la base del sifón se desplace hacia la cabeza. Apretamos suavemente el gatillo y servimos la mousse hasta llenar la terrina.