Charlota de frambuesas fácil y rústica

En primer lugar, añadimos en una olla 300ml de agua y la mitad de la bolsa de frambuesas, calentamos y añadimos el azúcar moreno. Llevamos a ebullición de forma lenta, removiendo de vez en cuando, para que los frutos vayan sacando todo su sabor y entrelazando su acidez con la dulzura del azúcar.

Paralelamente podemos ir cortando la miga del pan en finas rebanadas rectangulares, que utilizaremos en próximos pasos para formar el exterior de la charlota.

Extraemos el jugo de medio limón y se lo añadimos a la olla en la que se encuentran las frambuesas y removemos bien. Después, y ayudándonos del pasapurés trituramos la mezcla anterior y la reservamos.

A continuación tenemos que preparar el cuenco que servirá para dar forma al postre, si se quieren hacer con moldes individuales, el proceso es el mismo. Para empezar los recubrimos por dentro de papel film, vamos untando las láminas de pan en el líquido separado anteriormente y lo vamos distribuyendo por toda la semiesfera del cuenco.

Ahora vamos a preparar el interior de la charlota. Para ello, en un plato hondo distribuimos el mascarpone y le añadimos la nata, el jugo restante, mezclamos, y añadimos el azúcar en polvo. Hervimos un poco de agua para disolver nuestra gelatina, y se la añadimos a la mezcla junto con el resto de frutos rojos.

Después introducimos la mezcla en el cuenco y refrigeramos durante 3h mínimo para que pueda solidificarse. Pasado ese tiempo ya se podrá desmoldar y servir!