Higienizante o desinfectante
La higiene es fundamental en todos los aspectos de la vida y en particular cuando hablamos de la cocina y de los productos que vamos a ingerir. Pero este asunto se vuelve especialmente crítico a la hora de elaborar alimentos o bebidas que requieren una fermentación. En estos casos, de manera intencionada queremos que bacterias o mohos “buenos” actúen sobre un alimento y lo transformen. Para que estos organismos puedan trabajar a pleno rendimiento, creamos un entorno con nutrientes, temperatura y acidez ideales para que se puedan multiplicar y puedan trabajar. El problema es que este mismo entorno favorable para los organismos “buenos” también puede facilitar el desarrollo de organismos “malos” que en el mejor de los casos arruinarán nuestro alimento y en el peor, representar un peligro para nuestra salud. Por ello es muy importante desinfectar muy bien todo aquello que vaya a tocar un alimento que queremos fermentar o conservar durante largos periodos de tiempo como la cerveza, el vino, la sidra, el queso, las mermeladas y en menor medida los embutidos curados, así como los encurtidos.