Serpentín

Serpentín

Si elaboras cerveza "todo grano", es muy importante que dispongas de un sistema para enfriar rápidamente el mosto una vez terminada la fase de cocción. Un serpentín puede ser una excelente alternativa.

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El enfriado es oficialmente uno de los pasos imprescindibles en la elaboración de la cerveza. Bueno, técnicamente no es realmente imprescindible pero si no lo respetas, estarás jugando con la suerte y tu cerveza puede acabar arruinada e inservible. Si uno piensa todo el trabajo que conlleva hacer cerveza, es bastante lógico intentar evitar a toda costa el riesgo de desastre.

 

El mosto es vulnerable: El mosto, una vez acabada la cocción es una sopa llena de azúcares que una vez baje de 75ºC puede ser un festín para bacterias y levaduras no deseadas que pueden arruinar el sabor de nuestra cerveza. Por ello es importante respetar ciertas medidas de higiene y además, intentar bajar lo más rápidamente posible la temperatura del mosto para pasar cuanto antes al proceso de fermentado. 

 

Serpentín simple: El serpentín simple es simplemente una tubería fabricada en algún metal (normalmente acero o cobre) enroscada en círculos que vamos a introducir en nuestra olla y por la que haremos circular agua fría. Antes de usar nuestro serpentín, lo lavaremos muy bien por fuera y lo lógico es introducirlo en la olla antes de acabar la cocción para así esterilizarlo. En cuanto el mosto baja de 75ºC haremos circular por el serpentín agua fría del grifo. Esta entra por un extremo del serpentín y se descarta por el otro, no entrando nunca en contacto con el mosto. El agua fría que circula por el serpentín absorbe rápidamente el calor del mosto, enfriándolo en cuestión de minutos. El objetivo es llegar lo antes posible a la temperatura de inicio del fermentado, normalmente entre 25 y 30ºC.

 

Serpentín a contra-corriente: El principio es similar al anterior, pero en este caso el sistema cuanta con dos tuberías, una dentro de la otra. En una haremos circular el mosto y en la otra, agua fría. Se llama serpentín a contra-corriente porque los líquidos van en direcciones opuestas. La ventaja de este sistema es que es mucho más rápido. Y el mosto que sale de él ya está a la temperatura correcta y se puede verter directamente al fermentador aunque también es posible devolverlo otra vez a la olla, esta vez usando una bomba. El inconveniente es que es estos serpentines, por la complejidad de su fabricación, son bastante más caros. A cambio, malgastarás menos agua.

 

Alternativas: Existen otras alternativas a los serpentines. Una muy popular y eficaz son los intercambiadores de placas. Son muy rápidos y eficaces, pero también tienen un precio elevado. 

Si las partidas que haces son pequeñas, es probable que la olla de cocción también lo sea. En ese caso, es posible enfriar el mosto con un baño maría inverso, es decir, introduciendo la olla en un baño de agua fría, o mejor, de agua con hielo.

 

 

 

 

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