Dim Sum

El dim sum (a veces mal llamado dimsum o dim sun) tiene sus orígenes en la Ruta de la Seda, donde casas de té se establecieron para dar descanso a los viajeros y comerciantes. Con el tiempo, estos establecimientos comenzaron a ofrecer pequeños bocadillos para acompañar el té, dando lugar a la tradición del dim sum. Esta práctica se convirtió en una parte integral de la cultura cantonesa en el sur de China, especialmente en Guangdong y Hong Kong, donde se refinó y popularizó aún más.

 

La variedad de dim sum es casi ilimitada, con platos que van desde bollitos al vapor (baozi), rollos de arroz (cheung fun), pasteles de taro, hasta dumplings rellenos de camarón (har gow) y carne de cerdo (siu mai). Cada pieza es una muestra de habilidad culinaria, con sabores que pueden variar de lo sutilmente dulce a lo intensamente salado, ofreciendo algo para cada paladar. Los ingredientes y métodos de cocción son tan diversos como los platos mismos, con técnicas que incluyen al vapor, fritos, horneados y guisados.

 

En un restaurante típico de dim sum, los camareros recorren la sala del restaurante con carritos en los que llevan una variedad de los platos ya mencionados. Los presentan mesa a mesa para que cada cual pueda elija lo que más le plazca. El camarero añade los platos elegidos en una lista escrita en papel que tiene cada mesa y con la que se genera la factura final una vez han terminado los almuerzos. Es habitual que una gran mayoría de platos de los restaurantes dim sum sean platos cocinados al vapor y que se presentan en pequeñas vaporeras de bambú o metálicas. Estos recipientes son muy convenientes para mover, presentar y servir la comida. Y si un plato se ha quedad frío, se le puede dar un calentón rápido al vapor sin afectar a su calidad.