Máquina para hacer pasta
En el mundo de las máquinas de pasta existen dos grandes categorías. La primera, la más utilizada en los hogares es la máquina aplanadora y cortadora. La segunda categoría la constituyen las máquinas que hacen pasta por extrusión.
Las primeras se componen de un juego de rodillos movidos con una manivela (si la máquina es manual) por los que hacemos pasar la masa. Al pasar entre los rodillos, la masa se aplana. La distancia entre rodillos suele ser regulable para así poder obtener láminas de grosores diferentes, o simplemente ir aplanando la masa de más gordo a más fino evitando así que se nos parta o pegue. Las láminas de pasta así obtenidas se pueden utilizar para hacer lasaña o canelones. Pero además las máquinas aplanadoras suelen venderse con un accesorio de corte que nos permite crear tiras de pasta (tallarines como tagliatelle, fettucine, linguine, ...) de un ancho determinado partiendo de las láminas grandes. Algunos de estos accesorios dicen ser para hacer espaghetti, pero creo que esto no es técnicamente correcto dado que el espaghetti se consigue por extrusión (lo veremos más adelante).
Existen además otros accesorios que se puede acoplar a nuestra máquina principal. Suelen ser accesorios de corte de distinto ancho para poder hacer desde cabellín a tiras muy anchas. Existen también accesorios que nos permiten hacer ravioli, partiendo de dos láminas grandes y con el relleno que queramos, el propio accesorio sella las dos capas del ravioli y hace el corte.
La segunda categoría es la de máquinas de extrusión que consiste básicamente en conseguir pasta presionándola en un clilindro y obligándola a salir por un orificio pequeño. Para que nos entendamos mejor, es el mismo principio que el de la churrera. Por este método se consiguen pastas del tipo espaghetti o macarrones de distintos tamaños y grosores. El contorno de la boquilla puede ser liso o estriado, dando entonces lugar a pasta "rigate", es decir con estrías en el exterior que harán que empepen mejor la salsa. Existen máquinas de hacer pasta por extrusión caseras, tanto eléctricas como manuales y una vez cogido el truco para darle a nuestra masa la consistencia correcta, usarlas es muy fácil.
Porque la clave para que usar una máquina de pasta no se convierta en una pesadilla, es darle el punto justo a la masa. La pasta al huevo por ejemplo es muy sencilla de hacer: romper unos huevos, poner un poco de sal, batir e ir añadiendo harina y amasando hasta conseguir la textura perfecta. La masa no debe ser pegajosa pero tampoco debe quedar ser y quebradiza. Si estuviera pegajosa, hay que añadir harina. Si estuviese quebadiza, se puede añadir un poco de agua. Y siempre, hay que amasar mucho, durante al menos 5 minutos. La acción de amasar hace que el gluten se vuelva elástico dando una maravillosa textura a la masa y haciéndola más fácil de trabajar.
Y volviendo a las máquinas de hacer pasta, acabar por decir que son una inversión para toda la vida. Suelen estar fabricadas en acero muy resistente y si las cuidamos un poco, las heredarán nuestros hijos. Si hemos hecho bien la masa, lavarlas es fácil. Y en cuanto le cojamos el "truco", haremos pasta fresca en un momento y con poco esfuerzo.
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Masa para pasta
