Mantequilla de cacahuetes

En su versión más purista y auténtica, la mantequilla o crema de cacahuetes no es más que una pasta hecha con cacahuetes tostados y finamente molidos. El propio contenido graso de los cacahuetes es suficiente para darle esa consistencia cremosa y espesa parecida a la de una mantequilla. Es decir que si metes cacahuetes tostados y pelados en una batidora potente obtendrás simple y llanamente crema de cacahuetes. Las versiones comerciales añaden sal para que se conserve mejor, otras añaden un poco de azúcar y otras añaden otras grasas vegetales para incrementar aún más su cremosidad. La mantequilla de cacahuete ha sido y sigue siendo la estrella de las meriendas de muchos jóvenes americanos e ingleses. Se suele untar en pan blanco una generosa cantidad de crema y la experiencia es curiosa además de muy rica y nutritiva. Comida así, da un toque dulce sin ser dulce de verdad. Pero también tiene un toque salado, sin ser salado de verdad. Lo que sí se sabe es que la mayoría de los niños (y no tan niños) quieren más y hay que hacer un esfuerzo para no dejar el pan de lado y comer la crema de cacahuetes directamente a cucharadas. Esto último no lo recomendaríamos por su altísimo contenido calórico de casi 600 calorías por cada 100g!

Pero es también un excelente ingrediente de cocina "salada" que conviene tener a mano, en especial si queremos que nuestra cocina tenga influencia tailandesa o indonesia, donde el cacahuete es elemento principal de muchos platos como por ejemplo los satays o satés si lo pronunciamos en castellano. Unas cucharadas de mantequilla de cacahuete son suficientes para hacer la base de la deliciosa y espesa salsa que acompaña estas brochetas.

Desde un punto de vista nutricional, la mantequilla de cacahuetes es una fuente de proteínas y grasas saludables, aunque muy calórica. A continuación se presentan los valores nutricionales medios por cada 100 gramos de mantequilla de cacahuetes: