Caducidad y Fecha de Consumo preferente

Caducidad y Fecha de Consumo preferente

Seguimos recibiendo muchas preguntas en Cocinista sobre la diferencia que existe entre alimentos con fecha de caducidad y alimentos con fecha de consumo preferente. Son muchos los que creen que ambos conceptos son intercambiables, pero en verdad son completamente distintos.

Caducidad y Fecha de Consumo preferente: ¿Cómo se elabora?

Cuando un fabricante o productor establece una Fecha de Caducidad para un alimento, está determinando la fecha a partir de la cual ese alimento ya no se debe consumir y habría que tirarlo a la basura. La motivación es fundamentalmente sanitaria dado que a partir de esa fecha el consumo de ese producto puede ser perjudicial para la salud. Generalmente los alimentos que tienen Fecha de Caducidad contienen agua y no cuentan con ningún aditivo o envase especial que los proteja de la acción de microorganismos. Por ejemplo, una bandeja de filetes de pollo tiene fecha de caducidad y si no la respetamos, además de consumir un producto con mal sabor y olor, nos exponemos a caer enfermos, por lo que lo más sensato es deshacernos de ella si se nos ha quedado olvidada en la nevera. 

Pero existe otro gran grupo de alimentos que entra en la categoría de los que tienen Fecha de Consumo Preferente. En este caso se entiende que el alimento puede perder parte de sus características organolépticas (sabor, color, textura) pasada la fecha indicada pero su consumo no representa necesariamente un riesgo para la salud. Se trata normalmente de alimentos deshidratados o con muy bajo contenido en agua o que han sido debidamente tratados o protegidos para extender su vida útil. Por ejemplo, estamos hablando de productos como legumbres o especias, o alimentos enlatados o en brik (y previamente pasteurizados) o alimentos con aditivos que los protegen como sería un bacalao en salazón. En este caso, deberemos simplemente hacer una inspección visual y olfactiva del alimento y si no presenta ninguna anomalía como mohos, olor a rancio, apelmazamientos, latas abombadas, ...podremos consumirlos con tranquilidad.

Por lo tanto, por el bien de nuestra economía (y de la economía mundial) es importante que como consumidores entendamos bien la diferencia entre estos dos conceptos:

Fecha de Caducidad pasada=Tirar a la basura

Fecha de Consumo Preferente pasada= Inspeccionar y consumir si correcto

Estos dos conceptos vienen claramente indicados en el envase o etiquetado del producto ya sea con la expresión "Fecha de Caducidad" en el primer caso o con la frase "Consumir preferentemente antes de XXX" o "Fecha de Consumo Preferente" en el segundo caso. Por lo tanto, antes de tomar la decisión de si se tira o no un alimento, fíjate bien en lo que dice su envase. Y si es un producto con envase en inglés, debes saber que tiene una fecha de caducidad si dice "Exp." o "Exp. Date". En cambio si lees algo como "Best Before" o "Fresh Before" se trata de un producto con fecha de consumo preferente.

La normativa europea determina qué alimentos deben caer en cada categoría y para los productos de más consumo, establece exactamente cuál es su vida útil si este es perecedero. Por seguir con nuestro ejemplo de la bandeja de filetes de pollo, estos no deberían conservarse más de 9 días desde que se prepararon. Pero esto asume que se respetan cuidadosamente unas condiciones determinadas de conservación. En el caso del pollo, debe conservarse siempre en nevera a temperaturas cercanas a 5 grados y sin romper nunca la cadena de frío. Lo mismo ocurre con los demás alimentos, ya sean perecederos (con fecha de caducidad) o los que tienen fecha de consumo preferente. El fabricante puede indicar en su etiquetado cuáles son las condiciones de conservación que tendremos que respetar para que las fechas sean válidas. Si dejamos nuestro pollo fuera de la nevera 12 horas, consumirlo puede ser un riesgo para nuestra salud aunque todavía no se haya llegado a su fecha de caducidad. El no respetar las condiciones de conservación anula por tanto la validez de la fecha. Si existen condiciones especiales de conservación, entonces estas deben ser indicadas en la etiqueta del producto. En ausencia de estas debermos asumir que debemos conservar ese alimento a temperatura ambiente, no expuesto directamente al sol y en condiciones de humedad bajas. La indicaciones de conservación pueden ser "obligatorias" o "recomendadas". En el caso del pollo, es imprescindible conservar el producto en nevera y por lo tanto la condiciones son obligatorias. En el caso de las levaduras liofilizadas, por ejemplo, conservarlas en nevera es una recomendación. En caso de no hacerlo el producto puede perder parte de su eficacia, pero no representaría un riesgo para la salud. 

Hay también una buena lista de productos que no tienen fecha alguna, ni de caducidad ni de consumo preferente. Son ingredientes como la sal, el azúcar, el aceite, la miel, los licores y vinos (con más de 10% de graduación), el chocolate, legumbres, el vinagre blanco, la harina de maíz. Es posible que el fabricante haya decidido ponerles una fecha de consumo preferente pero en principio no tienen obligación de hacerlo.

Luego también hay una larga lista de alimentos que no tienen una regulación específica. En estos casos se suele cumplir la "regla de los dos años". Alimentos muy estables, sin agua pero de los que no se conoce con una analítica de laboratorio su evolución en el tiempo suelen marcarse con dos años de consumo preferente. Pero es posible saltarse esta regla recurriendo a a un análisis de laboratorio que mida el nivel de degradación del producto con el paso del tiempo (en condiciones concretas de almacenaje) y por ello cada vez vemos más que existen productos que tienen vidas muy largas de 4 o más años. Obviamente, lo primero que determinan los análisis es que no hay un riesgo microbiológico. Luego mide el nivel de degradación de los componentes activos principales del alimento o ingrediente. Por ejemplo, para una pimienta se mediría el nivel de aceites esenciales que marcan su aroma. Si estos se reducen de forma muy limitada con el paso del tiempo, podremos extender la fecha de consumo preferente para dar incluso mayores garantías al consumidor. 

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