Ñoquis

Lava las patatas y cocínalas con piel en agua hirviendo hasta que estén tiernas, lo cual suele tomar unos 20-30 minutos dependiendo del tamaño. Es importante cocerlas con la piel para evitar que absorban demasiada agua.

Una vez cocidas, escurre las patatas y déjalas enfriar lo suficiente como para manejarlas. Pélalas y luego pásalas por un prensa-patatas o machácalas hasta obtener un puré fino. Es crucial que el puré de patata esté lo más seco posible.

Coloca el puré de patata en una superficie limpia y forma un montón, haciendo un hueco en el centro. Añade el huevo, una pizca de sal, y nuez moscada si deseas. Empieza a incorporar la harina alrededor del puré, mezclando con las manos hasta obtener una masa homogénea. La cantidad de harina necesaria puede variar; añade lo suficiente para que la masa no se pegue a las manos, pero intenta no excederte para evitar que los ñoquis queden duros.

Divide la masa en varias porciones y, sobre una superficie enharinada, forma cilindros de unos 2 cm de grosor. Corta los cilindros en trozos de 2 cm y dales forma con un tenedor o con una tabla para ñoquis si tienes una, para crear una textura que ayudará a retener la salsa.

Lleva una olla grande de agua salada a ebullición. Cocina los ñoquis en tandas, echándolos al agua hirviendo y esperando a que suban a la superficie, lo cual indica que están cocidos. Esto suele tomar unos 2-3 minutos. Usa una espumadera para sacarlos del agua y escúrrelos bien.

 

Los ñoquis se pueden servir inmediatamente con tu salsa preferida, ya sea una simple salsa de tomate, pesto, o una más elaborada como ragú de carne. También puedes saltearlos brevemente en mantequilla o aceite de oliva con hierbas para agregar sabor.