Como se debe hervir la pasta italiana

Empieza con una olla grande: Elige una olla lo suficientemente grande como para que quepa la pasta y abundante agua. Como regla general, debes utilizar entre 4 y 6 litros de agua por cada kilo de pasta en seco.

 

Añade sal al agua: Cuando el agua esté hirviendo, añade una cucharada de sal por cada cuatro litros de agua. Añadir sal al agua es importante porque da sabor a la pasta y ayuda a evitar que se pegue.

 

Lleva el agua a ebullición: Cuando el agua esté hirviendo, añade la pasta a la olla. Remuévela para que no se pegue y déjala cocer.

 

No pongas la tapa de la olla: con la tapa puesta se formará espuma y se desbordará. Aunque se desperdicie energía, la pasta debe cocinarse sin tapar.

 

Remueve la pasta de vez en cuando: Para evitar que la pasta se pegue, remuévela de vez en cuando mientras se cuece.

 

Comprueba que la pasta esté en su punto: Cuece la pasta durante el tiempo recomendado por el fabricante, pero empieza a probarla uno o dos minutos antes de que se acabe el tiempo recomendado. La mejor forma de comprobar el punto de cocción es probar un trozo de pasta para ver si está cocida a tu gusto. Debe estar tierna pero ligeramente firme (al dente).

 

Escurre la pasta: Cuando la pasta esté cocida a tu gusto, escúrrela en un escurridor brevemente y sírvela para que conserve una pequeña cantidad de agua.

 

No enjuagues la pasta, ya que así eliminarás el almidón que ayuda a que la salsa se adhiera a la pasta. (Los asiático casi siempre lavan las pastas después de cocerlas, pero los italianos NO lo hacen).

 

Sirve la pasta: Sirve la pasta inmediatamente, cubierta con tu salsa y tropezones favoritos que ya deberías tener listos.