Manómetro

Manómetro

Algunos procesos relacionados con la elaboración y la degustación de cerveza requieren de aparatos que nos permitan medir la presión de un fluido en un recipiente. Esto es, en pocas palabras, lo que hace un manómetro. Veamos con más detalle qué es un manómetro y en qué momentos te puede ser útil o imprescindible.

Comprar Manómetro

Los manómetros pueden ser analógicos o digitales y funcionan bajo el principio de equilibrio de presiones. Los modelos más utilizados en cervecería son los analógicos de esfera. Son económicos, resistentes y aportan una precisión de medición suficiente para la gran mayoría de necesidades. 

 

La presión en Europa suele medirse en bar. Los americanos e ingleses usan el PSI (libras por pulgada cuadrada). Dado que muchas recetas y trucos de cerveza vienen del mundo anglo sajón, es bueno conocer la relación entre amabas unidades: 1 PSI = 0,069 bar (para pasar de PSI a bar de forma bastante aproximada puedes dividir por 14,5). Si no quieres andar con la calculadora, la buena noticia es que la mayoría de los manómetros de esfera están graduados en ambas unidades (como el de la foto de este artículo).

 

Estos son algunos de los escenarios en los que puedes necesitar uno o varios manómetros:

 

1) Siempre que uses una bombona de CO2. En esta caso vas a usar un manorreductor, un aparato que combina uno a más manómetros con un sistema de regulación de presión. Simplemente sirve para reducir de forma controlada la muy elevada presión que hay en una bombona a presiones mucho más bajas. Muchos manorreductores cuentan con dos manómetros: uno que indica la presión en el circuito de salida y otro que indica la presión en el interior de la bombona. Este último nos sirve como indicador aproximado de la cantidad de CO2 que nos queda en la bombona. Por motivos de seguridad repetimos lo que hemos dicho al principio de este párrafo: sólo debes usar una bombona de gas si cuentas con un manorreductor.

 

2) Para fermentaciones isobáricas: en este caso un pequeño manómetro conectado a tu fermentador isobárico te indicará la presión interna que está generando la fermentación. Si buscas una presión estable para toda la fermentación, puedes combinar tu manómetro con una válvula de escape ajustable. Esta combinación se llama en el mundo sajón un "blow tie" y es ideal para hacer fermentaciones a una presión determinada y que esta no varíe.

 

3) Para hacer carbonataciones forzadas: en este caso, es probable que puedas usar los manómetros de tu manorreductor pero hay muchos aficionados que prefieren tener otro manómetro conectado al barril donde van a hacer la carbonatación forzada. 

 

4) En sistemas de grifo y dispensadores de cerveza: otra vez, es probable que el manorreductor de tu bombona sea suficiente para ajustar la presión ideal en el barril. Dependiendo de el tipo de cerveza, su temperatura y la altura entre el barril y el grifo, se requiere más o menos presión (al rededor de 1 bar, que es un buen punto de partida para probar). Por eso es importante contar con un buen manómetro que nos permita recrear rápidamente las condiciones optimas de presión cuando cambiamos el barril. Y si tu sistema cuanta con varias líneas a presiones diferentes, entonces vas a necesitar más manómetros.

 

5) Para medir la presión en tu botella o growler: hay pequeños manómetros adaptables a botellas que te permiten ver cómo se está comportando una carbonatación natural. 

 

¡Apúntate a nuestro boletín!
Para estar al tanto de novedades, ofertas especiales y rebajas
OK
Al apuntarte aceptas recibir nuestras comunicaciones y promociones. Puedes darte de baja en cualquier momento consultando nuestra política de privacidad y protección de datos.
¡Muchas gracias por registrarte en Cocinista!
Puedes modificar tus datos en cualquier momento accediendo a tu perfil de usuario.