Yuca
También llamada mandioca y casava entre otros nombres, la yuca es el principal aporte de energía para millones de seres humanos en la tierra. Es un tubérculo de tamaño considerable (puede llegar al medio metro de largo) que tiene aproximadamente la mitad del contenido calórico que el arroz, pero es capaz de soportar climas extremos y sequías, lo que la convierte en alimento habitual en tierras con climas relativamente extremos.
La yuca no debe consumirse cruda dado que contiene un componente tóxico, el ácido cianhídrico, que afortunadamente se destruye con la cocción. Existen además muy distintas variedades de yuca, favoreciéndose el cultivo de aquellas que menor concentración del tóxico tienen. Se habla de yucas amargas y yucas dulces, siendo estas últimas las que menos tóxicas son y las que más se comercializan. A pesar de todo, siempre hay que lavar bien la yuca una vez se ha pelado y troceado, un paso necesario pero no suficiente, dado que también hay que cocerla o freírla para eliminar los riesgos para la salud.
La yuca se consume fresca normalmente, pero también se deshidrata para hacer harina, con la que se hacen panes y tortillas o para extraer su almidón, con el que se hace la tapioca.
Forma parte de multitud de platos emblemáticos de Latino-américa (sancochos varios, cuñapés, enyucados) y África (fufu, gari,). En España es ya habitual verla en nuestros supermercados por lo que podremos consumirla en todos sus formas, fresca o en harina.