Sílica (óxido de silicio)
Este mineral cristalino se usa en la industria de la alimentación como secante y como antiapelmazante. Seguro que has visto alguna vez una medicina, alimento o algún aparato electrónico que llevaba dentro un sobre de papel con polvo de sílica en su interior. Su función es absorber la humedad antes de que esta pueda dañar el producto que protege. Y es que la sílica es muy higroscópica, es decir, que le encanta absorber agua lo que hace que todo lo que la rodee quede seco. En el caso de estos sobrecitos de papel, veremos que dice que no se debe comer. La sílica en sí no es un producto peligroso para la salud como veremos más adelante, pero cuando se usa como secante, para abaratar costes, se utiliza una sílica menos refinada que no tiene las garantías necesarias para ser ingerida con seguridad.
Sin embargo, la sílica pura sí se utiliza como aditivo alimentario, con código E551. Su papel es hacer que los alimentos pulverizados fluyan bien y no hagan grumos. La podemos encontrar en azúcares, edulcorantes, sales y todo tipo de mezclas que no queremos que se aglomeren. En cantidades controladas, no sólo es un mineral perfectamente apto para la alimentación, sino que su consumo favorece la formación y desarrollo de nuestra masa ósea.