Skyr
El Skyr se lleva elaborando en Islandia desde tiempos inmemoriales. Es una leche fermentada como lo sería un yogur o un queso, pero se diferencia sobre todo por los cultivos lácticos utilizados y por la forma de elaboración.
Los primeros, los cultivos lácticos, son específicos para el Skyr y, a diferencia de los fermentos de yogur, que producen sabores ácidos, los de Skyr le dan a la leche un sabor agradable, casi dulce.
Y la forma de elaboración sería parecida a la de un yogur griego: una vez se fermenta el Skyr y tiene el espesor deseado, se escurre sobre una tela de quesero durante varias horas.
El resultado es un queso cremoso y suave. Un alimento lleno de proteínas y bajo en grasa, dado que lo más habitual es elaborar Skyr usando leche de vaca desnatada.