Skyr

Skyr

Técnicamente hablando el Skyr es un queso, pero se come como si fuera un yogur. Lo llames como lo llames, este lácteo rico en fermentos bio tiene un gran valor nutricional. Cuando se ha elaborado correctamente, una cucharada de skyr no se derrama, ¡aunque le demos la vuelta a la cuchara!

El Skyr se lleva elaborando en Islandia desde tiempos inmemoriales. Es una leche fermentada como lo sería un yogur o un queso, pero se diferencia sobre todo por los cultivos lácticos utilizados y por la forma de elaboración. 

Los primeros, los cultivos lácticos, son específicos para el Skyr y, a diferencia de los fermentos de yogur, que producen sabores ácidos, los de Skyr le dan a la leche un sabor agradable, casi dulce.

Y la forma de elaboración sería parecida a la de un yogur griego: una vez se fermenta el Skyr y tiene el espesor deseado, se escurre sobre una tela de quesero durante varias horas.

El resultado es un queso cremoso y suave. Un alimento lleno de proteínas y bajo en grasa, dado que lo más habitual es elaborar Skyr usando leche de vaca desnatada.

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