Sansho
La baya de sancho aporta un sabor acidulado intenso que deja una curiosa sensación en la lengua. El árbol del que procede es una variedad de cítrico, algo que se nota en las características e intensidad de su sabor. Y para potenciar aún más su acidez, es habitual que la baya se recoja cuando está todavía verde.
En Japón es habitual encontrar las bayas frescas en los mercados y los locales las incorporan a guisos y sopas, incluídas distintas variaciones de la famosa sopa miso. En los mercados también es posible encontrar hojas de sansho llamadas kinome, que también usan en la cocina, pero lo más habitual es que se venda el fruto, que como ya hemos dicho no se deja madurar.
Se comercializa en grano pero su formato más habitual es finamente molida. Suele añadirse como especia a todo tipo de platos, especialmente de pescado. Es también una de las especias que forman parte habitual del shichimi, un sazonador muy popular usado prácticamente con todos los alimentos, desde un arroz blanco a guisos más complejos. El sansho molido ofrece su mejor cara cuando va espolvoreado sobre el alimento antes de comerlo, dado que así conserva mucho mejor su aroma. Es también espectacular como ingrediente en una vinagreta para acompañar una ensalada, aguacate o similar. Su sabor cítrico le va maravillosamente bien a las ensaladas fresquitas.
En Corea el chopi (como allí lo llaman) es también muy habitual como especia que acompaña pescados y distintos tipos de sopa.