Lombarda
La lombarda es una variedad de col muy utilizada en diversos platos de todo el mundo. Pertenece a la familia de las crucíferas, que también incluye el brécol, la coliflor y la col rizada.
La lombarda es conocida por su intenso color púrpura, que se debe a la presencia de unos antioxidantes llamados antocianinas. Se cree que estos compuestos tienen una serie de beneficios para la salud, como reducir la inflamación y proteger contra ciertos tipos de cáncer. Además de su vibrante color, la lombarda es una buena fuente de vitamina C, fibra dietética y otros nutrientes importantes.
Una de las principales características de la lombarda es su textura crujiente y su sabor ligeramente dulce y ácido. Puede comerse cruda en ensaladas, guisos o bocadillos, o cocinada en diversos platos, como salteados, estofados y sopas.
Cuando la compre en el mercado, busque lombardas duras y pesadas para su tamaño, con hojas crujientes y sin manchas. La lombarda puede conservarse en el frigorífico hasta una semana, o congelarse para un almacenamiento más prolongado.
Para prepararla, basta con lavarla y cortarla en rodajas finas o en trozos. Si la va a utilizar en un plato cocinado, puede saltearla, sofreírla o estofarla hasta que alcance el punto de cocción deseado. Si bien es agradable comer la lombarda poco hecha, si queremos que queda blanda deberemos usar tiempos de cocción prolongados, de más de 30 minutos. En ese caso tal vez prefiera usar una olla a presión para acabar antes y gastar menos energía.
En general, la lombarda es una verdura nutritiva y sabrosa que merece la pena incorporar a la dieta. Tanto cruda como cocinada, aportará nutrición y sabor a sus comidas.