Alcachofas

Las alcachofas son una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales. Contienen antioxidantes, como la quercetina y la rutina, que pueden ayudar a reducir la inflamación y disminuir el riesgo de padecer ciertas enfermedades. Las alcachofas también tienen un alto contenido en vitamina C, ácido fólico y magnesio, esenciales para mantener un organismo sano.

 

Hay varias formas de preparar y cocinar las alcachofas. Se pueden hervir, cocinar al vapor, a la plancha, asar o confitar en aceite. La forma más común de comer una alcachofa ya cocida es quitar las hojas una a una y mojarlas en una salsa, como mantequilla derretida o una vinagreta. La parte blanda y comestible de la hoja se encuentra en la base, y el corazón de la alcachofa, que es la parte más apreciada, se encuentra en el centro. Cuando sólo se sirven los corazones de la alcachofa (la parte interior) entonces es comestible en su totalidad. 

 

Es inevitable que las alcachofas frescas o cocinas se oscurezcan por oxidación. La forma más habitual para minimizar ese efecto es usando zumo de limón que desactiva en gran parte el proceso.

 

Como ya hemos visto, las alcachofas son una verdura deliciosa pero también nutritiva. Si tienes interés, estos son algunos de sus valores nutricionales promedio (para 100 g de alcachofas).