Instrucciones para los kits de cerveza Coopers

1. El sabor de la cerveza depende en gran medida del agua. Si la zona donde vives tiene agua con buen sabor, acuérdate de verter 23 litros en algún recipiente para que se evapore el cloro. Si el agua del grifo no fuera de buena calidad, deberás tener preparados 23 litros de agua mineral.
2. Lavar y desinfectar a fondo el fermentador y todo el material que vaya a tocar la cerveza.
3. Disolver el contenido de la lata en dos litros de agua hirviendo o en 4 litros de agua muy caliente del grifo. Si tu receta pide algún tipo de azúcar añadido*, hacerlo ahora. Usar una espátula para aprovechar bien la malta que pueda quedar en la lata. Pasar la mezcla al fermentador y añadir agua sin cloro hasta la marca de 20 litros.
4. Comprobamos la temperatura y añadimos agua caliente o fría de forma que la temperatura final esté entre 21 y 27ºC. Si tenemos un hidrómetro, sacamos una muestra de mosto para medir la gravedad específica.
5. Espolvoreamos la levadura (Yeast en inglés y que viene en un sobrecito debajo de la tapa de la lata). NOTA: Si por alguna razón no hubiéramos conseguido la temperatura ideal de entre 21 y 27ºC, añadiremos la levadura en cualquier caso pero no se debe ni demorar al añadido de la misma ni se dabe añadir más agua caliente o fría.
6. Cerramos el fermentador y lo dejamos en un lugar tranquilo y a una temperatura de entre 21 y 27ºC. Es posible hacer cerveza en entornos entre 18 y 32ºC pero no es ideal y por ello es deseable buscar un lugar de la casa que esté en el rango de temperatura óptima de entre 21 y 27 grados.
7. Pasados entre 4 y 6 días (4 si fermentamos a 27º y 6 días si lo hacemos a 21º) se habrá completado la fermentación. Si hemos usado una válvula airlock, esta ya no debería tener ninguna actividad. Podremos embotellar y para ello deberemos primero limpiar y desinfectar las botellas y sus tapones o chapas. Luego, añadimos azúcar a las botellas, a razón de 8 gramos por litro (una cucharita de café bastante copada por cada 330 ml). Desde el grifo del fermentador si lo tiene, y si no usando un sifón, llenaremos las botellas dejando libres los últimos 5 o 6 cm. Evitaremos agitar el fermentador para que el sedimento que hay en el mismo no se altere y no enturbie nuestra cerveza.
8. Cerramos o enchapamos las botellas  y dejamos reposar al menos dos semanas. Ya podremos empezar a disfrutar de nuestra cerveza aunque alcanzará su mejor sabor a los tres meses. Es posible que la botella tenga a su vez un poco de sedimento: es normal. ¡Servir muy fría y a disftutar!

Medición de la graduación: La formula propuesta por Coopers para medir la graduación de la cerveza es la siguiente y en la que GO es la gravedad original y GF es la gravedad final, medidas ambas con un hidrómetro:

(GO-GF)/7,46+0,5. Por ejemplo: (1042-1006)/7,46+0,5=5,3% 

Posibles errores y fallos:

La cerveza tiene demasiado gas. Se ha añadido demasiado azúcar a la botella o se ha embotellado cuando la fermentación no se había completado. Cuidado que en ambos casos es además posible que estalle la botella por exceso de presión.

Falta de espuma: se ha añadido demasiada agua o demasiado azúcar en el fermentador (nunca añadir más cantidad de la que se indica en la tabla). Puede también haber restos de detergente en la botella o en el vaso.

Capa blanquecina sobre la cerveza y mal sabor: la cerveza se ha contaminado. No se ha desinfectado bien el equipo o se ha tardado demasiado en tapar el fermentador.

Aroma desagradable: además de las posibles causas ya mencionadas de falta de higiene, este problema puede producirse si se ha fermentado a temperatura demasiado alta.

Las recetas de Coopers a menudo recomiendan añadir alguna cantidad de azúcares fermentables para mejorar el cuerpo de la cerveza y subir su contenido alcohólico. Puedes utilizar azúcar de mesa, extracto de malta seco o mejorador de cerveza (mezcla de dextrosa y extracto de malta). 

La siguiente tabla indica la cantidad de azúcar o extracto de malta o mejorador totales (elige el que quieras) que debes añadir a esa receta.