Tubo de silicona

Los tubos de silicona para uso alimentario se caracterizan por su resistencia a temperaturas extremas, tanto altas como bajas, lo que los hace ideales para aplicaciones que requieren esterilización o congelación. Son flexibles, duraderos y tienen una excelente resistencia a la deformación y al desgaste. Además, la naturaleza no porosa de la silicona impide el crecimiento de bacterias y facilita su limpieza y desinfección.

 

Estas son sus principales ventajas:

Seguridad Alimentaria: Cumplen con estrictas regulaciones de la UE, asegurando que los materiales no transfieran sustancias nocivas a los alimentos. Usar otro tipo de tubos, especialmente para líquidos calientes, puede conllevar la transferencia de sustancias potencialmente nocivas.

Resistencia Química: La silicona resiste el deterioro por exposición a productos químicos utilizados en la limpieza y desinfección.

Versatilidad y tolerancia a temperaturas extremas: Se pueden utilizar en una amplia gama de temperaturas (-60 °C a 200 °C), lo que los hace adecuados para procesos de congelación rápida, cocción y pasteurización.

Durabilidad y Reutilización: Ofrecen una vida útil prolongada en comparación con otros materiales y pueden ser reutilizados después de la limpieza adecuada, lo que reduce los costos y el impacto ambiental.

Transparencia: Algunos tubos son transparentes, permitiendo la visualización del flujo de productos, lo cual es crucial para el control de calidad.

 

Este tipo de tubos se usan regularmente en distintas industrias alimentarias y de bebidas.

 

Importante: En el mundo de la elaboración de cerveza son también una alternativa preferida para el trasiego de líquidos sin presión. Al ser la silicona un material flexible, no es adecuada para transportar gases a alta presión ni líquidos presurizados, como los de un grifo de cerveza. Decir también que este tipo de tubos  no es compatible con los conectores rápidos tipo John Guest o Duotight, justamente por ser demasiado blandos.