Encorchadora
La mayoría de encorchadoras de botellas de vino operan por el mismo principio. Consta de dos pasos bien diferenciados: el primero consiste en aprovechar la flexibilidad del tapón de cocho para reducir su diámetro. Una vez se comprime el corcho, un vástago de metal lo empuja dentro de la boca de la botella. En ese punto el corcho vuelve a dilatarse creando un cierre perfecto.
Al ser la viticultura una práctica muy antigua, te puedes imaginar que se han creado infinidad de modelos de encorchadora, pero la mayoría usa estos dos pasos que ya hemos descrito. Lo m ismo ocurre con las encorchadoras pensadas para producciones pequeñas o domésticas. Las hay pequeñas de dos o tres palancas, que son algo lentas pero a cambio no abultan nada, son económicas y lo cierto es que funcionan muy bien.
Si vas a embotellar cantidades mayores de vino, entonces igual quieres invertir en una encorchadora de palanca que suele posarse en el suelo. Es ideal para trabajar en equipo y permite un producción bastante grande en poco tiempo.