Beergun

Para los aficionados más avanzados en elaboración de cerveza el conseguir embotellar su bebida sin que esta entre en contacto con el aire es una prioridad. La presencia de oxígeno en la botella tiene un efecto negativo en el sabor y también acorta la vida útil de la cerveza.

Para ello se han creado los beerguns o pistolas para embotellar cerveza. Se trata de una pistola con dos gatillos, uno que permite llenar la botella de CO2 primero y otro que da salida a la cerveza a continuación. Como el gas carbónico (CO2) es más pesado que el aire, si introducimos este gas en una botella vacía, su entrada expulsará todo el aire y por tanto todo el oxígeno que pueda haber dentro de ella. Una vez hecho esto, ya podremos introducir la cerveza con todas las garantías de que no va a oxidarse en lo más mínimo. 

El uso de los beerguns requiere por tanto de una bombona de CO2 y de su manorreductor, que conectaremos a una de las entradas de la pistola con unos 2 bares de presión. La otra conexión, la de la cerveza, tiene que venir de un barril presurizado o de un fermentador colocado en altura para que la cerveza fluya por gravedad.

Cuando tengamos todo listo colocaremos las botellas en una mesa (es bueno que las botellas estén muy frías para reducir la aparición de espuma) y una a una se irá llenando inyectando primero un poco de CO2 durante un par de segundos y luego cerveza. Es aconsejable chapar o cerrar la botella inmediatamente.