Manitol
El poder edulcorante del Manitol es aproximadamente la mitad del del azúcar. Casi no se absorbe a nivel intestinal y su índice glucémico es muy bajo, convirtiéndolo en un buen edulcorante para diabéticos.
Pero son otras las características que lo hacen interesante. En primer lugar, además de dulzor, aporta frescor al que lo consume. Por eso es muy utilizado en la industria de los chicles y caramelos, creando una sensación de frío en la boca del que lo come. Es además muy poco higroscópico, permitiendo hacer así productos que toleran bien la humedad sin degenerar.
El manitol funde a unos 180 ºC y una vez se enfría dar lugar a un caramelo muy crujiente y muy seco, nada pegajoso. Es lo hace ideal para caramelizar frutos secos, por ejemplo.
Como ocurre con muchos azúcares y edulcorantes, el consumo de manitol debe ser moderado al haber algunos estudios que indicarían que una ingesta muy abundante puede tener efectos adversos.
El manitol suele comercializarse en forma de polvo blanco.