Angélica
Originaria de los países nórdicos, la angélica es una hierba que se cultiva en distintas áreas de Europa por su valor terapéutico y culinario. Con un sabor muy especial, muy parecido al del apio y bastante dulzón, se consumen todas las partes de la planta, desde las raíces, los tallos, las hojas y las semillas.
En la cocina es más habitual usar las hojas y los tallos que deberemos consumir frescos. Es también posible encontrar hojas de angélica secas que conservan bastante bien el sabor original de la planta. Posiblemente inspirados por el dulzor natural de la planta, se elaboran unas golosinas naturales con los tallos de la planta caramelizados.
La angélica parece más adecuada para dar aroma a pescados y sopas en general. También es muy agradable añadir hojas y tallos frescos en una ensalada.
Las raíces y las semillas, además de distintos usos homeopáticos se usan en la elaboración de licores, como es el caso del Benedictine.